versos nuevos

Después de tanto tiempo, volveré con versos nuevos. Miles de abrazos.

Cuando te veo

Con el viento que te roza se te mueve,
tu cabello que es muy liso y ondulante,
mientras hago con mi mente que mis ojos,
te caminen, te disfruten, vil andante.

Sí me gusta cuando ries pues tus ojos,
se iluminan como aquellos dos faroles,
y tu barba que está rala me parece,
que desborda con augurios mis amores.

Son segundos, son delirios de mis ojos,
que no dejan nunca nunca de mirarte,
me parece que eres mar y que eres cielo,
con mi mente me imagino que es besarte.

Me despierto de este sueño de segundos,
son mis ojos y tu faz esos culpables,
que me tientan, me derivan, me detienen,
y me quedo en mi locura tan permeable.

Ni la pena

He notado ese desvío en tu mirada,
Para ver otros caminos más sutiles,
Haciéndote pasar por los viriles,
Que se inventan para otra una tonada.


Y por dentro de mi alma algo se ha roto,
Y respiro porque se que tu te marchas,
No me importan ya tus quejas y tus rachas,
Pues después de tanto daño ni te noto.


No eres digno ya de mí pues son tus manos,
Malévolos puñales que mal hieren,
No eres digno ya de mi, pues tal cual eres,
Ya no vale ni la pena un desengaño.


Si te vas y me desangras ya no importa,
Porque mi alma se ha crecido con tus faltas,
Ya soy libre como antes, y estoy alta,
Y la luz con la que vivo no soportas.


Pues que bueno que te vas ilusionado,
Ya no quiero más de ti ni tú destino,
Pues no fuiste más que un grande destino,
Con un ego muy enorme y ajustado.

No eres digno ya de mí pues son tus manos,
Malévolos puñales que mal hieren,
No eres digno ya de mi, pues tal cual eres,
Ya no vale ni la pena un desengaño.

Nostalgia

Algunas veces, al ver la lluvia te recuerdo,
Me asomo en la ventana y te imagino
Tu imagen latente la luz destella,
Como todo aquel que para amar vino.

Nunca dejo de pensar en lo que pudo ser,
Y por motivos del destino nunca fue,
Porque fue como cortar un naranjo
creyéndose muerto al nacer.

La nostalgia es grande a veces,
En tiempos de sincerarse,
Mi espejo me grita “engaño”
Y no hago más que pensarte.

No eres tú, tampoco yo, pues fue el momento,
Fue el culpable de este vicio y de este espanto,
De pensarte con ausencia desmedida
Por quererte y por pensarte, tanto, tanto.

Por eso cuando llueve se desata,
Y tu imagen en mi entorno está latente,
Porque más que en mi entorno estás colado,
Por mi alma, por mis venas, por mi mente.

Miedo

Mi miedo es algo que es solo mío,
Y nadie tiene por qué saberlo,
Pues este miedo ridiculiza,
Mi gran Templanza, como un tormento.

Mi miedo es dulce, parece serlo,
Pues siempre noto que yo lo tengo,
Pero lo dejo vivir tranquilo,
Si me consume, aun lo mantengo...

¿Por qué lo hago? Estoy inerte,
Mi miedo hace que solo espere,
Que vengas raudo y con la brisa,
Mi puerta toques pues mi amor eres.

Que tonto se hace este mi miedo,
Que es solo mío, y el tiempo es corto,
Puedo buscarte, más no lo hago,
Y es este miedo que no soporto.

Miedo a perder, mi vida arriesgo,
Brillar entonces como un lucero,
Para buscarte y aun en dicha,
Digas mi amor ya no te quiero.

Mi miedo tonto, pues solo eso,
Es lo que siento, cuando te pienso,
Soy una tonta, pues me consume,
Tan solo eres un sol en lienzo.